Un sueño del cual no quería despertar

Salimos de la discoteca y fuimos a su departamento.
Allí me ofreció vino.
Yo apenas podía hablar, tome el vino para darme valor. Ella me miraba fijamente mientras me hablaba, yo empecé a temblar, me intimidaba tanto el tono de voz, su mirada penetrante, su cabello largo que movía al compás de sus caderas, su cintura, a esas alturas yo estaba entregada a lo que ella quisiera hacer conmigo.
Ella me preguntó en qué pensaba tanto?
Si supiera que yo ya ni pensaba…
Después tomó asiento al lado mío, me observo detenidamente, me quito la copa de vino, se acerco tanto que puede sentir el olor de su piel, de su perfume chanel, sus labios suaves y húmedos se juntaron con los míos, me beso de una forma tan avasalladora que me quede sin aliento, luego se aparto, tome un sordo de vino, yo esteba muda para ese momento, se levanto por sobre mi, quito el cabello de mi cuello y me beso tan sutilmente que casi desfalleci de inmediato. Si este era un sueño, yo no quería despertar jamás…

Esa esquina no es buena

Cuando llegue a Antofagasta conseguí trabajo en un restaurante y a veces salía muy tarde. Como recién había llegado no conocía mucho, así que mis tías decidieron ir a recogerme todas las noches. Un día estaban entre la calle Sucre con Latorre, esperándome habitualmente, cuando sienten que una señora con vestido corto y tacones les grita: “Chiquillas ahí no, esa esquina no es buena”

Desde entonces, mis tías, ya no volvieron a recogerme…

Y la compasión me mira hoy a los ojos con pena…

El silencio que guardo con templanza me rasga por dentro,

me grita tan violentamente que aturde mis sentidos,

pero yo ahí sigo en silencio guardando luto por dentro y rompiéndome estrepitosamente.

Ojalá fuera fácil fingir que no siento, que no tengo el corazón trizado por el lamentó, que no me duele, ser indeleble al tacto

a la misericordia ajena,

a la compasión que me mira a los ojos con pena.

Son tus caderas las que me quitan el aliento , cuando las contemplo en movimiento llevándome al infierno.

Tus recuerdos viajan hasta mi,

me susurran al oído sutilmente bocanadas de amor,

me arrastran los átomos de tu cuerpo congelados en mi mente

me flagelan con caricias aterciopeladas las mejillas

y el corazón se me inflama con llamas de ternura innata.

Los jazmines en tu pelo negro

que se enredaban en mis dedos

Me llenan la nariz con su perfume etéreo y delicado.

Mis manos tercas reclaman con vehemencia tu cintura.

Mis latidos vacíos y huecos

caminan por senderos rutinarios

lejanos de la euforia y el frenesí

que viví junto a ti.

Es el tiempo corto punzante para mi razón,

Es el tiempo mi verdugo que me llena de ideas vagas las venas de mi Karma ,

es el tiempo tan lejano y tan cercano que me arrastra hasta tus labios carmesí.

Son tus besos las huellas en mi alma

que abruptamente me despiertan con el alba,

para recordarme tu sabor ausente en mi piel,

Son tus besos los que añoro,

Son tus besos los que el tiempo me ha robado,

Son tus besos clavados como estacas en mi pecho,

Son tus marcas en mi alma

las que con dulzura me marcan el camino de vuelta hasta tus piernas.

Son tus caderas que me quitan el aliento,

cuando las recuerdo en movimiento,

Sacudiendo mis demonios y llevándome al infierno.

Encuentro que el elixir de la vida, está justo en el instante donde muero en tus brazos de placer

y no necesito ninguna piedra de alquimista.

Más que tu cuerpo en mi regazo

y tu alma con la mía haciendo el amor constante y perenne mente en mi cama y no en mi mente.

Te quiero

Ese “te quiero”ayer me dio cosquillas en el estómago y me erizo la piel. Me quede unos segundos muda. Si de paso a veces me intimidas, ayer sí que lo hiciste con ese «te quiero».

Nunca se qué pasa por mi cabeza, pero a veces lo más complejo no es qué pasa por mi cabeza, si no por mi corazón. Y de algún modo me complicas todo el corazón, te metes en él y por más que no quiero, porque no me gusta mucho extrañar a nadie, ni sentir cosas por nadie.

Me es inevitable dejar de pensar en ti y dejar de sentir lo que tú me haces sentir…

Me roza los labios desde lejos y acaricia mi alma.

Me roza los labios desde lejos y acaricia mi alma,

me abraza los miedos y me repara la magia de nuevo.

Cuando más oscura esta mi noche sus estrellas iluminan mi camino.

La dulzura de su mirada me llenan el alma vacía y solitaria, las caricias de su manos cobijan mis sueños.

Con un su perfume de rosas su aliento despertó mi cuerpo y despacio me acerco a su sendero.

No sabe lo mucho que me encanta, lo mucho que me vuelve loca su voz

Y lo que sueño cuando despierta la pienso.

Cuando la escucho mi corazón baila

al compás de su voz

Sus palabras son como miel para mi paladar

Mis sentidos despiertan cuando un suspiro recorre su piel

Su fragilidad me envuelve como perfume efímero y veneno mortal

mis sentidos son presos de su voz tan sensual.

Su voz estremece por completo mis entrañas y me eriza su sensualidad

Noche escarlata

Te soñé una noche escarlata.

En la penumbra de la soledad,

con sigilo perseguí un halo de luz que me llevo hacia ti.

Vislumbre tu alma desnuda bajo cobijas de seda aterciopelada

Con timidez bese tus mejillas y tus labios embriagaron mi corazón con la más dulce ternura y pasión.

No quiero soltarte, aunque sé que solo es un sueño, quiero atarme a ti, para que cuando despiertes te acuerdes de mi.

Tú encanto traspasa distancias y cerca mío puedo sentirte abrazándome el alma y besándome despacio y con calma.

Tus besos llegan hasta mi y me erizan la piel,

tu voz desencadena los latidos de mi corazón

y en mis sueños te cuelas todas las noches al son de una canción de amor!!!

A veces se nos olvida olvidar y otras veces olvidamos amar…

La soledad sobrevalorada y a veces aliciente. La purga que pagamos todos de vez en cuando, porque el karma te paga justo en el talón de Aquiles.

La vida te cobra con ironía y te quita lo que más quieres, pero a cambio te regala soledad.

El papiro antiguo lleno de poemas melosos de amor y romance, nos han transformado en zombis del romanticismo, estamos tan lejos de la realidad, que nos maravillan las historias con príncipes azules y final feliz.

Malditos manuscritos!

Cuentos de mentira para ayudarte a morir más lento, para recargase el alma en una recámara de lamentos y gritar en lo profundo del miedo.

Todos amamos y odiamos, el detalle es que se nos olvida olvidar y a veces se nos olvida amar.